Cada día es lo mismo: suena el despertador, y me doy cuenta de que tengo que correr desde el primer minuto. Enciendo la radio en el baño, una duchita y me arreglo lo más rápido que puedo. ¡Lista para desayunar!. Un zumo natural de naranja exprimido, mis tostadas (un día me apetecen dulces y otro saladas), el cafe... Uf!, ¡voy tarde ya!. Cojo el coche y me dispongo a salir de casa en dirección al mismo atasco de siempre, suena el movil, el sonido de un cláxon desencadena la fúria contenida de la gente que espera atrapada en sus coches... ¿Os suena todo esto verdad?.
Y es que desgraciadamente no soy la única persona que cada día se enfrenta a un mar de preocupaciones, responsabilidades y compromiso que a menudo nos absorben tanto, que nos olvidamos de nosotros mismos y de las cosas que nos rodean. Esta espiral de aceleración nos conduce a descuidar los aspectos que realmente nos importan en la vida.
¡El tiempo corre!, y a veces hay que hacer un alto en el camino para cambiar el chip y empezar a cuidarnos y a poner atención en las cosas que suceden a nuestro alrededor. A vivir y disfrutar realmente de nuestra vida. Pero ¿cómo?, pues sencillamente haciéndonos más flexibles, renunciando a lo que no podemos hacer. Que no puedo ir al super hoy, pues voy mañana; que me pierdo la clase de spinning porque llego supertarde del trabajo, pues me relajo en casa. Es muy importante saber priorizar. Separar lo urgente de lo menos urgente, y reservarnos aunque sea un poquito de tiempo para nosotros... Si no te cuidas tu ¿quién lo va a hacer por tí?.
Y es que desgraciadamente no soy la única persona que cada día se enfrenta a un mar de preocupaciones, responsabilidades y compromiso que a menudo nos absorben tanto, que nos olvidamos de nosotros mismos y de las cosas que nos rodean. Esta espiral de aceleración nos conduce a descuidar los aspectos que realmente nos importan en la vida.
¡El tiempo corre!, y a veces hay que hacer un alto en el camino para cambiar el chip y empezar a cuidarnos y a poner atención en las cosas que suceden a nuestro alrededor. A vivir y disfrutar realmente de nuestra vida. Pero ¿cómo?, pues sencillamente haciéndonos más flexibles, renunciando a lo que no podemos hacer. Que no puedo ir al super hoy, pues voy mañana; que me pierdo la clase de spinning porque llego supertarde del trabajo, pues me relajo en casa. Es muy importante saber priorizar. Separar lo urgente de lo menos urgente, y reservarnos aunque sea un poquito de tiempo para nosotros... Si no te cuidas tu ¿quién lo va a hacer por tí?.
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Claudia